Los astrónomos han hecho un descubrimiento asombroso que podría redefinir nuestra comprensión del cosmos. Han identificado lo que podría ser el objeto más brillante conocido en el universo: un quásar con un voraz agujero negro en su núcleo. Este fenómeno celestial brilla con una intensidad que supera los límites de nuestra imaginación: ¡500 mil millones de veces más que nuestro propio sol!
El equipo de investigación, liderado por científicos de la Universidad Nacional de Australia, reveló en la revista Nature Astronomy el hallazgo de este quásar sin precedentes. Ubicado a una distancia de 12 mil millones de años luz de la Tierra, este monstruo cósmico, conocido como J0529-4351, ha estado oculto en el universo desde sus primeros días.
Lo que hace que este quásar sea aún más extraordinario es el agujero negro que reside en su centro. Este gigantesco agujero negro es más de 17 mil millones de veces más masivo que nuestro sol. Y lo que es aún más impactante es su increíble velocidad de crecimiento: devora el equivalente a un sol cada día, lo que suma aproximadamente 370 soles al año.
Aunque a simple vista este quásar puede parecer solo un punto en el firmamento, los científicos lo imaginan como un lugar de furiosa actividad. El disco de materia que lo rodea, alimentando al agujero negro, es como un huracán cósmico, un torbellino de gas y otras materias de estrellas devoradas.
Según Christian Wolf, autor principal del estudio, «este quásar es el lugar más violento que conocemos en el universo». La magnitud de su poder y su capacidad para devorar cantidades masivas de materia desafían nuestra comprensión convencional del cosmos.
Lo que hace aún más intrigante este descubrimiento es que este quásar estuvo oculto a nuestros ojos durante décadas. Fue detectado por primera vez por el Observatorio Europeo Austral en 1980, pero se pensó que era una estrella ordinaria. No fue hasta el año pasado que se identificó correctamente como un quásar, gracias a observaciones realizadas en Australia y el desierto de Atacama en Chile.
La identificación errónea inicial de este fenómeno celestial ha llevado a los científicos a reflexionar sobre cuántos otros secretos pueden estar ocultos en el vasto cosmos, esperando ser descubiertos. Con cada nuevo hallazgo como este, nuestro entendimiento del universo se expande, desafiando constantemente los límites de lo que creíamos posible.