octubre 13, 2024
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Usuarios y empresas de diferentes industrias esenciales alrededor del mundo, incluyendo la bancaria, aeronáutica, medios de comunicación y el sector salud, se recuperan este sábado del “mayor apagón informático” de la historia, luego de una falla en el sistema Microsoft Windows provocada por una actualización de la empresa CrowdStrike.

El apagón fue causado por un error en una actualización de un software de CrowdStrike -una compañía de ciberseguridad con sede en Austin (Texas)- para el sistema operativo Windows 10 que llevaba a los equipos a quedar atascados en la llamada “pantalla azul de la muerte”, según explicó en X George Kurtz, director general de la empresa.

El experto de ciberseguridad Troy Hunt, responsable del popular portal sobre ciberseguridad y estado de redes online HaveIBeenPwned, aseguró que la dimensión global de la caída representó “el mayor apagón informático de la historia”.

Llamado a la calma: No fue un ciberataque

Kurtz, presidente de CrowdStike, subrayó en X que lo ocurrido no fue un incidente de seguridad ni un ciberataque, sino un problema aislado para el que se dio soporte a los clientes a fin de que obtuvieran las últimas actualizaciones.

Según explicaron a EFE expertos informáticos, la última actualización de controladores de Falcon contenía errores; inmediatamente colapsó Azure, la plataforma de computación en la nube creado por Microsoft para construir, probar, desplegar y administrar aplicaciones y servicios utilizando su infraestructura global.

Ello provocó la aparición de los pantallazos azules o “de la muerte” que en todo el mundo mostraban que los sistemas habían dejado de funcionar, y que había que reiniciar los servidores.

Kutz se disculpó por las interrupciones y aseguró que sus ingenieros ya resolvieron el problema que causó el fallo global, aunque avisó que puede tomar tiempo para algunos clientes volver a operar.

Transporte aéreo, el sector más afectado

El fallo de Microsoft provocó incidentes en el registro de pasajeros, errores en las conexiones de redes y en los sistemas de información de aerolíneas en todo el mundo, que dejaron en tierra a sus usuarios al modificar miles de vuelos de forma masiva.

Las principales aerolíneas del mundo, incluidas American Airlines, Delta y United, cancelaron o retrasaron vuelos a nivel “global”, provocando largas filas en los aeropuertos.

En Estados Unidos, el apagón tuvo un impacto masivo, especialmente en el sector de la aviación y la logística. Más de 31.000 vuelos se retrasaron y alrededor de 3.600 fueron cancelados.

En Europa fueron varios los aeropuertos afectados. Es el caso del de Heathrow en Londres, uno de los de mayor tráfico, que implementó planes de contingencia para minimizar el impacto en los viajes. También se vieron perjudicados los aeropuertos de Luton, Gatwick, Stansted, Edimburgo y Manchester en Reino Unido, Roma, Schiphol (Países Bajos), Berlín, Zurich (Suiza) o Cracovia (Polonia).

En Latinoamérica, países como Argentina, Panamá, República Dominicana, Perú, Honduras y Chile experimentaron una afectación mínima, y sus aerolíneas nacionales e internacionales, con contadas excepciones, reportaron normalidad en sus operaciones.

Aerolíneas y aeropuertos de Asia y Oceanía también confirmaron que sufrieron problemas informáticos. Varias empresas, incluidas líneas aéreas en Emiratos Árabes Unidos (EAU), Kuwait y Baréin se vieron afectadas, aunque en su mayoría de forma “limitada”.

Por su parte, la Autoridad Aeroportuaria de Hong Kong activó el mecanismo de respuesta de emergencia en el aeropuerto para garantizar la continuidad de los servicios a los viajeros.

Los aeropuertos de Sídney y Melbourne, en Australia, anunciaron este sábado que sus sistemas informáticos volvieron a funcionar con normalidad.

Incidencias globales

No solo las aerolíneas se afectaron con la falla, el error también alcanzó a bancos, instituciones, organismos y hospitales. Incluso el sistema informático de París 2024 se vio afectado de manera parcial e impidió la entrega de uniformes y acreditaciones.

Los fallos se extendieron asimismo en Australia al sistema de pago de supermercados como Woolworths y de bancos como NAB, ANZ, Commonwealth Bank y Bendigo Bank.

En Japón provocó caídas en una web del sistema ferroviario y afectó las cajas registradoras de distintos negocios.

Varias empresas alemanas, como el banco Deutsche Bank o la teleco Deutsche Telekom, enfrentaron los efectos de la falla.

Incluso los hospitales de Israel se vieron afectados, según el diario local Times of Israel.

En el Reino Unido, la Bolsa de Valores de Londres, compañías ferroviarias y la cadena de televisión Sky registraron interrupciones.

La compañía de ferrocarriles danesa DSB tuvo igualmente problemas para prestar sus servicios a través de Internet. Además, el transporte público sueco se vio afectado en varias ciudades y Apotek 1 -la mayor cadena de farmacias de Noruega, con más de 400 boticas-, tuvo que cerrar en esta jornada por “problemas técnicos”.

A nivel corporativo, luego del cierre de Wall Street, la tecnológica Crowdstrike perdió un 11 % tras la actualización defectuosa de su plataforma de seguridad.

Efectos desiguales en América

El apagón global afectó de manera desigual a los países de América, con Estados Unidos y Canadá experimentando los mayores inconvenientes, especialmente en los sectores de aviación y salud.

La mayoría de países de Latinoamérica reportaron afectaciones mínimas, y aunque México y Brasil reportaron más problemas, se mantuvo la estabilidad en las operaciones críticas.

En el sector salud en EE.UU., instituciones como el sistema médico Kaiser Permanente y varios hospitales en Houston enfrentaron interrupciones en el acceso a la información de los pacientes, lo que resultó en cancelaciones de citas y demoras en procedimientos críticos como los trasplantes.

En Canadá, el apagón afectó a bancos, aeropuertos y hospitales. La aerolínea Porter suspendió todos sus vuelos temporalmente, y el aeropuerto de Toronto experimentó retrasos debido a problemas con las aerolíneas estadounidenses que operan desde la ciudad.

En México, la infraestructura aérea no se vio tan afectada directamente por el fallo, gracias a la utilización de sistemas propios protegidos contra interferencias externas. No obstante, hubo demoras y cancelaciones en vuelos internacionales.

Brasil registró problemas en los canales de atención de algunas distribuidoras eléctricas y cierta inestabilidad en bancos como Bradesco, Next, Neon y Banco Pan. Sin embargo, el control del tráfico aéreo no se vio afectado, y el servicio de suministro eléctrico se mantuvo estable.

EFE.