octubre 7, 2024

Irán cerró temporalmente sus instalaciones nucleares por «consideraciones de seguridad» tras su ataque masivo con misiles y drones contra Israel durante el fin de semana, dijo el lunes el jefe del organismo de vigilancia atómica de la ONU.

En declaraciones a los periodistas al margen de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, se le preguntó al jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, si estaba preocupado por la posibilidad de un ataque israelí contra una instalación nuclear iraní en represalia por el ataque.

«Siempre estamos preocupados por esta posibilidad. Lo que puedo decirles es que nuestros inspectores en Irán fueron informados por el gobierno iraní que ayer (domingo), todas las instalaciones nucleares que inspeccionamos todos los días permanecerían cerradas por razones de seguridad», dijo.

Las instalaciones reabrirían el lunes, dijo Grossi, pero los inspectores no regresarían hasta el día siguiente. «Decidí no dejar regresar a los inspectores hasta que veamos que la situación está completamente tranquila», añadió, al tiempo que pidió «extrema moderación».

Irán lanzó más de 300 drones y misiles contra Israel durante la noche del sábado al domingo en represalia por un ataque aéreo contra un edificio consular en Damasco que mató a siete de sus Guardias Revolucionarios, dos de ellos generales.

Israel y sus aliados derribaron la gran mayoría de las armas y el ataque causó sólo daños menores, pero las preocupaciones sobre una posible represalia israelí han avivado los temores de una guerra regional total.

Israel ha llevado a cabo anteriormente operaciones contra instalaciones nucleares en la región. En 1981, bombardeó el reactor nuclear de Osirak en el Irak de Saddam Hussein, a pesar de la oposición de Washington. En 2018, admitió haber lanzado un ataque aéreo ultrasecreto contra un reactor en Siria 11 años antes.

Teherán también acusa a Israel de haber asesinado a dos físicos nucleares iraníes en 2010 y de haber secuestrado a otro el año anterior.

También en 2010, un sofisticado ciberataque con el virus Stuxnet, atribuido por Teherán a Israel y Estados Unidos, provocó una serie de averías en las centrifugadoras iraníes utilizadas para el enriquecimiento de uranio.

Israel acusa a Irán de querer adquirir una bomba atómica, algo que Teherán niega.