noviembre 22, 2024

Los lobos mutantes que deambulan por la zona de exclusión de Chernobyl han desarrollado habilidades resistentes al cáncer.

Desde la explosión del reactor nuclear en Chernobyl en 1986, la zona de exclusión que rodea el área ha sido un paisaje desolado, desprovisto de la presencia humana. Sin embargo, para sorpresa de muchos, la vida silvestre, incluidas las manadas de lobos, ha prosperado en este ambiente altamente radiactivo.

Los científicos examinan un lobo en la zona de Chernobyl y miden los niveles de contaminación radiactiva.
PBS

Un nuevo estudio liderado por la bióloga evolutiva y ecotoxicóloga Cara Love, de la Universidad de Princeton, revela que estos lobos mutantes podrían tener genomas resistentes al cáncer, ofreciendo esperanza en la lucha contra esta enfermedad mortal.

Love y su equipo han estado investigando cómo los lobos salvajes han evolucionado para adaptarse y sobrevivir en un entorno radiactivo. Equipados con collares GPS y dosímetros de radiación, los investigadores pudieron rastrear la exposición de los lobos a la radiación y recopilar datos sobre sus respuestas biológicas. Descubrieron que estos lobos están expuestos a niveles de radiación significativamente altos, seis veces por encima del límite de seguridad para los humanos.

Los investigadores encontraron que el sistema inmunológico de los lobos de Chernobyl parecía diferente al de los lobos normales, similar al de los pacientes con cáncer que reciben tratamiento de radiación.
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Lo más sorprendente fue encontrar que el sistema inmunológico de los lobos mutantes parecía haber desarrollado diferencias significativas en comparación con los lobos normales, similar al de los pacientes humanos que reciben tratamiento de radiación contra el cáncer. Love identificó regiones específicas en el genoma del lobo que parecen conferir resistencia al cáncer, lo que sugiere la posibilidad de aplicaciones terapéuticas en humanos.

Los hallazgos también sugieren que los perros de Chernobyl, descendientes de las mascotas de los antiguos residentes, pueden poseer una resistencia similar al cáncer. Sin embargo, a diferencia de los lobos, los perros no han sido estudiados en la misma medida. Estos caninos, que estuvieron expuestos a la radiación desde el inicio del desastre, también podrían ofrecer valiosas perspectivas sobre la lucha contra el cáncer.

El trabajo de Love se ha visto obstaculizado por diversos factores, como la pandemia de COVID-19 y la guerra en curso entre Rusia y Ucrania, que han impedido el regreso del equipo a la zona de exclusión de Chernobyl. A pesar de estos desafíos, los hallazgos continúan despertando el interés de la comunidad científica, ya que ofrecen una nueva perspectiva sobre cómo las mutaciones genéticas podrían influir en la resistencia al cáncer en humanos.

En un mundo donde el cáncer sigue siendo una de las principales causas de muerte, estos descubrimientos podrían marcar un punto de inflexión en la investigación médica y ofrecer nuevas esperanzas a millones de personas afectadas por esta enfermedad devastadora. A medida que la ciencia avanza, el legado de Chernobyl podría transformarse de una tragedia nuclear a un faro de esperanza en la lucha contra el cáncer.