Cuatro obispos católicos se reunieron con jefes de carteles de droga mexicanos en un esfuerzo por negociar un posible acuerdo de paz, reveló el obispo de Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, según un reporte de la AP.
Esta acción destaca la creciente necesidad de encontrar soluciones alternativas debido a la falta de políticas gubernamentales efectivas para combatir la violencia generada por los carteles en México.
El presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su aprobación hacia tales conversaciones, reconociendo que no era la primera vez que líderes eclesiásticos participaban en este tipo de diálogos. López Obrador enfatizó que si bien respalda las conversaciones, no permitirá «ningún acuerdo que signifique otorgar impunidad, privilegios o licencias para robar».
La iniciativa de la iglesia surge en un contexto donde los ciudadanos se ven obligados a llegar a acuerdos de paz separados con las pandillas debido a la ineficacia del gobierno para garantizar la seguridad. «Muchos mexicanos promedio han aceptado silenciosamente pagar pagos de protección a los cárteles de la droga por temor a ser atacados o quemar sus casas o negocios», señaló el obispo González Hernández.
El obispo González Hernández explicó que las conversaciones más recientes fracasaron debido a la negativa de los carteles a ceder territorio en el estado de Guerrero, lo que ha desencadenado una ola de violencia en la región en los últimos meses. Esta resistencia por parte de los carteles refleja su control no solo sobre el tráfico de drogas, sino también sobre la extorsión y otros negocios en los territorios que dominan.
El obispo retirado Salvador Rangel respaldó estas conversaciones, señalando que «creo que cualquier intento de lograr la paz y la armonía es válido». Rangel, quien dirigió la misma diócesis hasta 2022, ha abogado por el diálogo con los líderes de pandillas como un medio para buscar soluciones pacíficas.
Aunque el Vaticano rara vez comenta sobre las acciones específicas de los obispos, la posición expresada por González Hernández se alinea con la tendencia del Papa Francisco hacia el diálogo y la búsqueda de la paz a través de la negociación. «Creo que es muy bueno», dijo López Obrador sobre el papel de la iglesia en las conversaciones con los carteles.
Sin embargo, algunos críticos argumentan que estas conversaciones son un indicador del fracaso del gobierno para abordar eficazmente el problema de la violencia relacionada con el narcotráfico. Según un párroco local, la intervención de la iglesia no sería necesaria si «el gobierno hiciera bien su trabajo».