diciembre 12, 2024
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Cientos de refugiados sirios residentes en el Líbano están cruzando este domingo la frontera de regreso a su país, pocas horas después de que los insurgentes entraran a Damasco y la declararan «libre» del presidente, Bachar al Asad.

En el principal cruce fronterizo entre el Líbano y Siria, el de Masnaa, largas hileras de vehículos aguardan para entrar al territorio sirio en medio de un ambiente festivo entre gritos de «Alá es grande» y consignas contra el que dirigió el país durante casi 25 años, según constató EFE desde el cruce.

Marchas y congregaciones esporádicas de personas con banderas de la oposición siria se han formado en las inmediaciones del propio paso, así como en poblaciones cercanas con una fuerte presencia de refugiados sirios, como Bar Elias.

El Gobierno de Líbano estima que alrededor de 1,5 millones de refugiados sirios viven en el Líbano, de los cuales más de 800.000 restarían registrados en la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Desde el inicio del conflicto en 2011, cientos de miles de sirios huyeron del territorio por temor a la represión del Gobierno y el Ejército sirio, una gran parte hacia el Líbano.

Los insurgentes declararon hoy Damasco «libre» del presidente Bachar al Asad tras doce días de ofensiva iniciada por una coalición liderada por el grupo islamista Organismo de Liberación del Levante junto a otras facciones respaldadas por Turquía para derrotar al Gobierno sirio.

Precisamente, el primer ministro sirio, Mohamed Ghazi al Jalali, aseguró este domingo que tiende su mano a «todo sirio que se interesa por este país para preservar sus instituciones».

Los rebeldes dijeron poco después que las instituciones públicas en Siria permanecerán bajo la supervisión de Al Jalali hasta que sean «entregadas oficialmente». EFE