octubre 18, 2024

Las autoridades fronterizas de Estados Unidos han detenido a un presunto gángster colombiano que intentaba ingresar ilegalmente al país, revelando una conexión escalofriante con el mundo del crimen organizado. El hombre, cuya identidad no ha sido revelada, fue arrestado en El Paso, Texas, mientras intentaba cruzar la frontera, según informó el jefe de la Patrulla Fronteriza, Jason Owens.

Lo que más alarmó a las autoridades fue lo que encontraron en posesión del sospechoso. Además de identificar tatuajes que lo vinculaban con el Clan del Golfo, el mayor cartel de la droga en Colombia, los agentes descubrieron en su teléfono móvil imágenes perturbadoras de personas siendo torturadas. Owens no proporcionó detalles adicionales sobre estas imágenes.

Este incidente resalta la creciente preocupación sobre la presencia de individuos con antecedentes criminales que intentan ingresar a Estados Unidos a través de la frontera sur. Un portavoz de la Patrulla Fronteriza y Aduanas describió la detención como un «hecho cotidiano», señalando que miles de delincuentes extranjeros son detenidos cada año en la región.

El Clan del Golfo, al que se vincula al presunto gángster arrestado, es conocido por su brutalidad y control sobre vastas regiones de Colombia. Su líder, Dairo Antonio Úsuga David, alias «Otoniel», fue sentenciado recientemente en Nueva York a 45 años de prisión por narcotráfico. Durante años, Úsuga David fue considerado uno de los narcotraficantes más peligrosos del mundo, liderando el Clan del Golfo con mano de hierro y ordenando actos de violencia extrema.

A pesar de la captura de Úsuga David en 2021, el Clan del Golfo ha continuado operando, manteniendo su influencia y poder económico. Según informes, el grupo cuenta con miles de miembros y genera miles de millones de dólares anualmente a través del tráfico de drogas.

Recientemente, el presidente colombiano Gustavo Petro extendió una oferta de negociación de paz al cartel, en un intento por frenar el tráfico de drogas y la violencia asociada. Aunque el Clan del Golfo ha aceptado la invitación del presidente para dialogar, han negado cualquier participación en el tráfico de personas.

Este arresto destaca los desafíos continuos que enfrentan las autoridades en la frontera sur de Estados Unidos, donde la presencia de individuos vinculados a organizaciones criminales plantea preocupaciones de seguridad cada vez mayores.