Daniel Sancho ha sido condenado a cadena perpetua este jueves por la mañana en una audiencia a puerta cerrada celebrada en la isla tailandesa de Koh Samui. El veredicto señala que el cocinero español de 30 años asesinó de manera premeditada al cirujano colombiano Edwin Arrieta, de 44 años, el 2 de agosto de 2023 en la turística isla de Koh Phangan, vecina a Samui. El hijo y nieto de los actores españoles Rodolfo Sancho y Sancho Gracia lleva en prisión provisional desde el 7 de agosto del año pasado.
Además del asesinato premeditado, Sancho ha sido declarado culpable de los otros dos delitos que se juzgaban: hacer desaparecer el cuerpo de la víctima tras descuartizar el cadáver y deshacerse de la documentación del médico. El tribunal tailandés también lo ha condenado a pagar una indemnización de más de 100.000 dólares a la familia de la víctima.
Sancho y Arrieta se habían conocido por Instagram un año antes del crimen. Ambos mantenían una relación y Arrieta había prestado grandes sumas de dinero a su verdugo. Algunos restos del colombiano aparecieron en el vertedero de Phangan, mientras que otras partes se encontraron en el mar.
Con la publicación de la sentencia se cierra más de 400 días después el aparente último capítulo de uno de los crímenes más mediáticos que se recuerdan en España, con la particularidad que este ha transcurrido a más de 10.000 kilómetros de distancia.
La defensa de Sancho todavía confía poder darle la vuelta a la condena tras un recurso que presentará ante el Tribunal de Apelación. La ley tailandesa permite apelar una sentencia en un plazo de un mes, aunque este escrito, antes de hacerse público el jueves, pasó por la supervisión de al menos tres jueces en Surat Thani, la capital provincial.
Dentro de una sala de la corte provincial de Samui, el presidente del tribunal, escoltado por otros dos jueces, leyó el veredicto delante de Sancho, engrilletado y sentado en el banquillo de los acusados, como ocurrió durante el juicio. En la audiencia también se encontraban los padres del condenado, los abogados tailandeses de las dos partes y un representante diplomático de la embajaDA española en Bangkok.
Lo más probable es que ahora Sancho sea trasladado a la prisión de máxima seguridad de Bang Kwang, al norte de Bangkok. Es uno de los centros penitenciarios más hacinados del país, superando los 8.000 presos a pesar de que que se construyó para albergar a no más de 3.500 reos.
Los tailandeses bautizaron hace tiempo a esta prisión como el ‘Gran Tigre’. Un ex recluso que pasó 12 años allí dentro dice que es un lugar insalubre donde acaban los condenados a muerte y presos que cumplen largas sentencias.
«La cárcel se come a los hombres vivos. Los tritura por dentro y por fuero, de ahí el apodo que se ganó», cuenta. En la prensa internacional, gracias al sentido de humor de reclusos británicos que pasaron por allí, a esta cárcel se la conoce como el ‘Bangkok Hilton’.
En algunas de las celdas de hormigón pueden dormir más de 30 presos. Allí pasan más de 12 horas al día recluidos, con un solo agujero en el suelo para hacer sus necesidades. Parte de la supervivencia en el interior depende de la ayuda del exterior, del efectivo y regalos (comida, sábanas…) que el preso puede recibir de su familia.
Hay reclusos de muchas nacionalidades encerrados en Bang Kwang, pero si Sancho termina finalmente allí, se eoncontrará con otro español, el empresario y estafador catalán Artur Segarra, condenado a pena de muerte en 2016 por secuestrar, torturar, asfixiar y descuartizar en Bangkok al consultor de Lleida David Bernat. En 2020, tras enviar una carta al rey disculpándose y reconociendo el crimen, su condena fue conmutada por cadena perpetua.
En una entrevista concedida al programa Tarde AR, Segarra explicaba que dormía en una celda compartida con casi 30 reclusos más y que se pasaban más de 17 horas seguidas sin comer nada. «Esto es el tercer mundo, ahora nos han puesto cámaras, pero yo sigo yendo con el pincho en el bolsillo», relataba el español.
Fuente: El Mundo de España.