Jennifer Crumbley, de 45 años, se convirtió en la primera madre en Estados Unidos en ser declarada culpable de cuatro cargos de homicidio involuntario el martes. Esto se relaciona con su papel en el tiroteo masivo del 30 de noviembre de 2021, perpetrado por su hijo, Ethan Crumbley, en la escuela secundaria de Oxford. El veredicto fue alcanzado por un jurado compuesto por seis hombres y seis mujeres después de 10 horas de deliberación en Oxford, Michigan.
Los fiscales presentaron pruebas que indicaban que Jennifer Crumbley había facilitado el acceso de su hijo a un arma, ignorando sus problemas de salud mental y no actuando cuando se encontraron dibujos preocupantes en su escuela. La evidencia mostró que ella y su esposo, James Crumbley, optaron por dejar a Ethan en la escuela después de una reunión breve sobre su comportamiento alarmante.
Durante el juicio, se revelaron detalles sobre la vida de Jennifer Crumbley, incluida su relación extramarital y su falta de atención a las señales de advertencia sobre la salud mental de su hijo. Los fiscales argumentaron que estaba tan ocupada con sus asuntos personales que descuidó las necesidades de Ethan.
El veredicto también destacó la responsabilidad de los padres en el acceso de Ethan al arma utilizada en el tiroteo. Aunque Jennifer Crumbley argumentó que fue su esposo quien compró el arma, admitió no haberse opuesto a la compra en ese momento.
James Crumbley, el padre de Ethan, enfrentará un juicio por los mismos cargos en una fecha posterior. Mientras tanto, Ethan Crumbley, de 17 años en el momento del tiroteo, se declaró culpable de asesinato y terrorismo y fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional en diciembre.
La condena de Jennifer Crumbley marca un precedente significativo en casos de tiroteos escolares en Estados Unidos, ya que resalta la responsabilidad de los padres en la prevención de tales tragedias y la importancia de abordar los problemas de salud mental de los jóvenes.
Tanto Jennifer como James Crumbley han estado en prisión sin fianza durante más de dos años mientras esperaban sus juicios. La sentencia para Jennifer Crumbley aún no se ha anunciado, pero enfrenta una pena máxima considerable por su papel en el trágico evento que dejó cuatro estudiantes muertos, seis heridos y una comunidad devastada.