
El hallazgo de un campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, ha conmocionado a México. Los restos humanos, hornos crematorios y cientos de pertenencias personales desatan preguntas sobre la omisión de las autoridades.
Hallaron aproximadamente 400 prendas, incluyendo cientos de pares de zapatos, mochilas, maletas, identificaciones oficiales, libretas con nombres y apodos y restos óseos fragmentados.
El descubrimiento de un campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, ha sacudido a México. El fue realizado el pasado 5 de marzo por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, quienes encontraron cientos de restos humanos, tres hornos crematorios improvisados, más de 400 pares de zapatos, mochilas, libros, ropa y otros objetos personales. Sin embargo, lo que más ha generado indignación es que dicho rancho ya había sido cateado por la Fiscalía de Jalisco en septiembre de 2024, sin que se reportara ningún hallazgo.

El fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, fue contundente al señalar que “no es creíble” que las autoridades locales no hayan encontrado nada meses antes. Ahora, la presión social crece para que este caso sea atraído por la Fiscalía General de la República (FGR) ante la magnitud del crimen organizado que operaba en ese lugar.

Captados con ofertas de trabajo falsas

“Muy importante, chavos. Por favor tengan cuidado con las ofertas de trabajo. Esto es real, no es ficción”, advirtió el colectivo en sus redes sociales.
Más de 400 pares de zapatos y restos calcinados en el campo de exterminio en Teuchitlán



Entrenamiento forzado y ejecución de fallidos
Los sobrevivientes eran enviados a zonas de combate reales en estados como Zacatecas o Michoacán. Quienes no superaban las pruebas eran asesinados en el lugar.

“No usaban nombres, solo apodos. Pasaban lista así. Yo conté poco más de 200 personas cuando llegamos”, según un sobreviviente.
La duda que persiste: ¿cómo no lo vieron antes?


Víctimas de reclutamiento forzado en Teuchitlán eran sometidas a tortura con cerdos:
Indira Navarro, lideresa del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, dio a conocer detalles sobre el funcionamiento del rancho Izaguirre, utilizado para entrenamiento y extermino de personas, a partir de llamadas que ha recibido de presuntas víctimas, como la de una joven que le reveló actividades como tráfico de órganos, torturas y otras violencias.
Navarro informó que acudieron al rancho en Teuchitlán, Jalisco, después de recibir una llamada anónima que la semana pasada les ayudó a descubrir hornos clandestinos, objetos y ropa de personas presuntamente reclutadas de manera involuntaria.
Sin embargo, la madrugada de este martes, la llamada de una joven que presuntamente logró escapar del cautiverio en que estaba en el rancho que opera como centro de reclutamiento desde 2012; además, le dio a conocer sobre las prácticas en el lugar y la aparente relación con autoridades.
Comenta que había colusión por parte de las autoridades, no quiero decir todavía quién, hasta que haya unas investigaciones, que las autoridades también del lugar.
La joven, quien pidió permanecer en el anonimato, describió cómo los secuestradores obligaban a los reclutados a pelear por comida, los sometían a trabajos forzados y les aplicaban castigos brutales.
Había unos jóvenes que se ponían a llorar en la noche y los aventaban, los ponían sin ropa, donde estaban estos aros, estas llantas (…) los puercos te arrancaban en pedazos, los puercos te comían poco a poco
En el rancho se encontraron prendas de personas, que supuestamente fueron sometidas a un entrenamiento militarizado, y evidencia de prácticas violentas, como hornos donde se incineraban cuerpos.
“Lo que nos contaron es que les obligaban a hacer hoyos en la tierra, ponían planchas de piedra y ladrillo, y luego lanzaban cuerpos seccionados”, señaló Navarro.
Los testimonios recabados por el colectivo Guerreros Buscadores apuntan a que en el rancho también se realizaban experimentos médicos y ventas de órganos.
“Contaba que había unos médicos que iban y hacían como unos experimentos también, pues obviamente se trataba de venta de órganos también”.
Indira recordó que pesar de los esfuerzos por parte del colectivo, las autoridades inicialmente no encontraron evidencia de los crímenes en el rancho.
Sin embargo, el hallazgo de prendas y otros objetos en el lugar contradice las versiones oficiales.
Navarro explicó que, tras una segunda intervención, la fiscalía finalmente asumió el caso, pero la magnitud de la operación sigue siendo un tema de gran preocupación.
“Las autoridades mienten sobre lo que realmente sucede en ese lugar. Ellos no lo querían ver. Pero cuando llegamos, encontramos las prendas, los zapatos, las esposas y otros objetos. Era claro que todo estaba ahí“, destacó la líder del colectivo.
A lo largo de su intervención, Navarro reiteró la urgencia de que las autoridades tomen acciones contundentes para erradicar este tipo de prácticas y evitar que más jóvenes sigan siendo víctimas de estos grupos criminales.
“Esto no es solo un campo de reclutamiento, es un lugar de exterminio. Ya no podemos quedarnos callados”, expresó.
Navarro destacó que, pese a la magnitud de los hallazgos, las autoridades locales no habían actuado con la suficiente contundencia.
“Lo vamos a hacer público. Es un testimonio. Todavía no sé qué va a pasar con eso, porque sinceramente, estamos en shock”, comentó, y agregó que el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco seguirá luchando para visibilizar los abusos y exigir justicia para las víctimas.
A pesar de que se ha avanzado en las investigaciones, Navarro aseguró que la situación no ha cambiado lo suficiente.
“Nosotros no es por querer tener más seguidores. Es porque necesitamos visibilizar en esta ocasión, alzar la voz, porque es algo que no puede ser. Es inadmisible lo que está pasando aquí”, concluyó.