marzo 12, 2025
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El hallazgo de un campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, ha conmocionado a México. Los restos humanos, hornos crematorios y cientos de pertenencias personales desatan preguntas sobre la omisión de las autoridades.

Hallaron aproximadamente 400 prendas, incluyendo cientos de pares de zapatos, mochilas, maletas, identificaciones oficiales, libretas con nombres y apodos y restos óseos fragmentados.

El descubrimiento de un campo de exterminio en Teuchitlán, Jalisco, ha sacudido a México. El fue realizado el pasado 5 de marzo por el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, quienes encontraron cientos de restos humanos, tres hornos crematorios improvisados, más de 400 pares de zapatos, mochilas, libros, ropa y otros objetos personales. Sin embargo, lo que más ha generado indignación es que dicho rancho ya había sido cateado por la Fiscalía de Jalisco en septiembre de 2024, sin que se reportara ningún hallazgo.

El rancho ya había sido investigado por la fiscalía del Estado de Jalisco en septiembre de 2024. Crédito: ULISES RUIZ / AFP

El fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, fue contundente al señalar que “no es creíble” que las autoridades locales no hayan encontrado nada meses antes. Ahora, la presión social crece para que este caso sea atraído por la Fiscalía General de la República (FGR) ante la magnitud del crimen organizado que operaba en ese lugar.

Hallaron tres hornos clandestinos con restos humanos calcinados.

Captados con ofertas de trabajo falsas

Una de las principales líneas de investigación sobre el campo de exterminio en Teuchitlán apunta a que las víctimas eran jóvenes reclutados con falsas ofertas de trabajo. El colectivo Guerreros Buscadores ha señalado que, a través de publicaciones en Facebook, hombres y mujeres de diferentes estados —principalmente del norte— eran atraídos con la promesa de empleos como choferes, electricistas, guardias de seguridad o ayudantes generales.

El testimonio de un integrante del colectivo reveló que muchas víctimas fueron citadas en terminales de autobuses, desde donde eran trasladadas al rancho en Teuchitlán. Una vez ahí, eran sometidas a condiciones infrahumanas, entrenamientos violentos e incluso ejecuciones. Según el colectivo, los jóvenes que fallaban en las pruebas o desobedecían eran asesinados y sus cuerpos incinerados en los hornos encontrados.

“Muy importante, chavos. Por favor tengan cuidado con las ofertas de trabajo. Esto es real, no es ficción”, advirtió el colectivo en sus redes sociales.

Más de 400 pares de zapatos y restos calcinados en el campo de exterminio en Teuchitlán

En el rancho, el colectivo encontró alrededor de 400 pares de zapatos, lo que sugiere que al menos 200 personas fueron asesinadas en el lugar. Además, se hallaron mochilas, ropa, documentos y objetos personales que podrían ayudar a identificar a algunas víctimas.

El rancho contaba con tres hornos crematorios improvisados, construidos con tambos metálicos, ladrillos y madera. Dentro de ellos había restos humanos calcinados, lo que confirmaba el horror vivido en ese lugar.

Además, el colectivo halló casquillos percutidos, cargadores de armas de alto calibre, esposas metálicas y otros elementos que sugieren que el lugar no solo funcionaba como crematorio, sino también como centro de exterminio.

Horror en México.

Entrenamiento forzado y ejecución de fallidos

Según la líder del colectivo, Indira Navarro, testimonios y pistas sugieren que el rancho en Teuchitlán operaba como un centro de adiestramiento criminal dirigido por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Los jóvenes eran obligados a realizar ejercicios físicos extremos, prácticas con armas e incluso pruebas de combate.

El entrenamiento estaba dividido en fases: la primera, conocida como “el kinder”, consistía en pruebas físicas intensas. La segunda, llamada “la escuelita del terror”, era impartida por exmilitares mexicanos y colombianos, quienes enseñaban técnicas de combate, manipulación de armas y tácticas de ataque. Los errores o fallas durante este entrenamiento eran castigados con ejecuciones en un área llamada “la carnicería”.

Los sobrevivientes eran enviados a zonas de combate reales en estados como Zacatecas o Michoacán. Quienes no superaban las pruebas eran asesinados en el lugar.

Según los testimonios de jóvenes recabados por el colectivo, al arribar al lugar, los recién llegados eran alineados en filas y recibían un apodo.

“No usaban nombres, solo apodos. Pasaban lista así. Yo conté poco más de 200 personas cuando llegamos”, según un sobreviviente.

La duda que persiste: ¿cómo no lo vieron antes?

Lo que más ha causado indignación en este caso es que el campo de exterminio en Teuchitlán ya había sido cateado por la Fiscalía de Jalisco en septiembre de 2024. Sin embargo, las autoridades aseguraron en ese entonces que no encontraron nada.

No es creíble que no hayan visto los hornos, los cientos de zapatos o los cuerpos calcinados“, dijo Gertz Manero al respecto. Esta declaración ha generado aún más presión sobre la Fiscalía estatal, encabezada por Salvador González, y el gobernador Pablo Lemus, quienes argumentan que el cateo se realizó durante el sexenio anterior (durante el gobierno de Enrique Alfaro) y que no tenían conocimiento de la existencia del crematorio.

Sin embargo, colectivos y organizaciones defensoras de derechos humanos han cuestionado esta versión, asegurando que resulta ilógico que las autoridades no detectaran la operación del campo de exterminio.

DESCUBREN HORROR EN TEUCHITLÁN: HORNOS CLANDESTINOS Y RESTOS HUMANOS
El campo de exterminio fue hallado por colectivos de búsqueda

Víctimas de reclutamiento forzado en Teuchitlán eran sometidas a tortura con cerdos:

Indira Navarro, lideresa del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, dio a conocer detalles sobre el funcionamiento del rancho Izaguirre, utilizado para entrenamiento y extermino de personas, a partir de llamadas que ha recibido de presuntas víctimas, como la de una joven que le reveló actividades como tráfico de órganos, torturas y otras violencias.

Navarro informó que acudieron al rancho en Teuchitlán, Jalisco, después de recibir una llamada anónima que la semana pasada les ayudó a descubrir hornos clandestinos, objetos y ropa de personas presuntamente reclutadas de manera involuntaria.

Sin embargo, la madrugada de este martes, la llamada de una joven que presuntamente logró escapar del cautiverio en que estaba en el rancho que opera como centro de reclutamiento desde 2012; además, le dio a conocer sobre las prácticas en el lugar y la aparente relación con autoridades.

Comenta que había colusión por parte de las autoridades, no quiero decir todavía quién, hasta que haya unas investigaciones, que las autoridades también del lugar.

La joven, quien pidió permanecer en el anonimato, describió cómo los secuestradores obligaban a los reclutados a pelear por comida, los sometían a trabajos forzados y les aplicaban castigos brutales.

Había unos jóvenes que se ponían a llorar en la noche y los aventaban, los ponían sin ropa, donde estaban estos aros, estas llantas (…) los puercos te arrancaban en pedazos, los puercos te comían poco a poco

En el rancho se encontraron prendas de personas, que supuestamente fueron sometidas a un entrenamiento militarizado, y evidencia de prácticas violentas, como hornos donde se incineraban cuerpos.

“Lo que nos contaron es que les obligaban a hacer hoyos en la tierra, ponían planchas de piedra y ladrillo, y luego lanzaban cuerpos seccionados”, señaló Navarro.

Los testimonios recabados por el colectivo Guerreros Buscadores apuntan a que en el rancho también se realizaban experimentos médicos y ventas de órganos.

“Contaba que había unos médicos que iban y hacían como unos experimentos también, pues obviamente se trataba de venta de órganos también”.

Indira recordó que pesar de los esfuerzos por parte del colectivo, las autoridades inicialmente no encontraron evidencia de los crímenes en el rancho.

Sin embargo, el hallazgo de prendas y otros objetos en el lugar contradice las versiones oficiales.

Navarro explicó que, tras una segunda intervención, la fiscalía finalmente asumió el caso, pero la magnitud de la operación sigue siendo un tema de gran preocupación.

“Las autoridades mienten sobre lo que realmente sucede en ese lugar. Ellos no lo querían ver. Pero cuando llegamos, encontramos las prendas, los zapatos, las esposas y otros objetos. Era claro que todo estaba ahí“, destacó la líder del colectivo.

A lo largo de su intervención, Navarro reiteró la urgencia de que las autoridades tomen acciones contundentes para erradicar este tipo de prácticas y evitar que más jóvenes sigan siendo víctimas de estos grupos criminales.

“Esto no es solo un campo de reclutamiento, es un lugar de exterminio. Ya no podemos quedarnos callados”, expresó.

Navarro destacó que, pese a la magnitud de los hallazgos, las autoridades locales no habían actuado con la suficiente contundencia.

Lo vamos a hacer público. Es un testimonio. Todavía no sé qué va a pasar con eso, porque sinceramente, estamos en shock”, comentó, y agregó que el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco seguirá luchando para visibilizar los abusos y exigir justicia para las víctimas.

A pesar de que se ha avanzado en las investigaciones, Navarro aseguró que la situación no ha cambiado lo suficiente.

“Nosotros no es por querer tener más seguidores. Es porque necesitamos visibilizar en esta ocasión, alzar la voz, porque es algo que no puede ser. Es inadmisible lo que está pasando aquí”, concluyó.