En el mundo, la Policía montada suele patrullar a caballo y en algunos países de Oriente Medio, como Omán y Egipto, también lo hace en camello. Lo que poco se sabe es que en Brasil, en plena Amazonía, existe la única fuerza policial del planeta que se desplaza sobre búfalos.
Se trata del Octavo Batallón de la Policía Militarizada de Marajó, una isla bañada por las aguas del Océano Atlántico y la desembocadura del último caudal del Amazonas, localizada en el estado de Pará, en el norte del país.
Con más de 430.000 búfalos, esta isla de 40.000 kilómetros cuadrados alberga, ella sola, poco más de la tercera parte de todos los ejemplares del país.
Según algunos textos y la historia oral, los búfalos entraron dos siglos atrás en la isla con un hacendado que los trajo de Italia, pero la narración más popularizada dice que llegaron solos y nadando, luego de que el barco en el que eran transportados de la India a la Guyana Francesa se estrellara contra una roca.
Y es que este animal, cuyo peso oscila entre la media tonelada y los 700 kilos, dependiendo de si es hembra o macho, cuenta con características y habilidades propicias para zonas de difícil acceso.
En Marajó abundan los manglares y los bosques tropicales, pero también hay extensas zonas semiáridas, que quedan convertidas en gigantescos pantanos en época de lluvias.
“Puede atravesar hasta ríos, no tiene dificultades, es un animal muy resistente”, aseguró el teniente coronel de la Policía Militarizada Leomar Aviz, comandante del batallón montado.
Según el uniformado, esas cualidades le permiten al batallón desplazarse por extensas zonas, donde no circula transporte motorizado, para combatir el robo de ganado y crímenes ambientales como la tala ilícita de madera, un delito que se concentra principalmente en la parte occidental de la isla.
“Ahí, el búfalo es muy útil porque, como generalmente son zonas inundadas, el caballo tiene un desplazamiento malo, mientras que el búfalo, que ya que es un animal muy adaptado a nuestro clima, sirve para transportar a nuestra tropa”, explicó.
El búfalo es la base económica de la isla y en especial de Soure, el municipio más grande y poblado de la isla, donde viven unas 24.000 personas.
El patrullaje montado sobre estos animales es en sí una de las atracciones turísticas más buscadas, una actividad que los uniformados detallan a los curiosos visitantes, que también piden subirse a los animales o compartir un helado con ellos.
Ellos explican que para amansarlos del todo y montarlos se requiere de un año de trabajo constante y señalan que aquellos que deambulan por las calles de la ciudad son dóciles y no representan peligro para ningún transeúnte.
EFE