La solicitud de alerta roja reclamada por la Fiscalía chavista contra Edmundo González Urrutia, ganador de las elecciones presidenciales exiliado en Madrid, ha caído en saco roto. Un portavoz de Interpol ha confirmado este viernes a la Agencia Efe que «está prohibido cualquier uso de nuestro sistema por razones políticas».
La persecución chavista contra el candidato que aplastó a Nicolás Maduro en los comicios del 28-J, aventajándole en más de cuatro millones de votos, y contra la líder opositora María Corina Machado no ha cejado desde que el gobierno impusiera por la fuerza el mayor fraude electoral de la historia en América Latina. «Es evidente que este nuevo y sistemático ataque se debe a nuestro trabajo en el exterior», razonó González al conocerse ayer una iniciativa gubernamental realizada en el mes pasado.
Los argumentos empleados por la Fiscalía de Maduro, que también ha avanzado acusaciones de terrorismo, instigación a la violencia o crímenes de odio contra los casi 2.000 encarcelados tras las protestas electorales, son tan absurdos que parecen realizados contra un espejo. Complicidad en el uso de actos violentos, difusión de información falsa y legitimación de capitales acompañan a los que están asociados a la publicación de los resultados reales de las elecciones, en las que Edmundo cosechó un 67% de los apoyos frente al 30% del mandamás bolivariano, un diferencia histórica que ni siquiera el popular Hugo Chávez alcanzó en sus mejores tiempos.
El fiscal Tarek William Saab, que encabeza todas estas iniciativas, acaba de ser confirmado en su cargo por la Asamblea chavista, tal y como había ordenado el Palacio de Miraflores.
«¿Así o más claro?», reaccionó el ex alcalde Antonio Ledezma, el hombre de Machado en Europa, tras conocer las palabras de la Interpol. Algo por otra parte que era esperado: se trata de la misma estrategia seguida contra buena parte de los dirigentes opositores, que huyen de Venezuela y que son perseguidos en sus países de refugio.
En la receta de la represión transnacional chavista se ha llegado incluso a la eliminación física de militares disidentes, como el teniente Ronald Ojeda, secuestrado, torturado, ejecutado y enterrado bajo cemento en Santiago de Chile. La Fiscalía chilena aseguró desde el primer momento que el crimen, en el que participaron mercenarios del temido Tren de Aragua (mafia transnacional nacida en Venezuela), se ordenó desde Caracas.
«Ninguna persecución va a cambiar la verdad expresada por el pueblo de Venezuela el 28-J, ni va a detener el trabajo por el mundo de nuestro presidente electo en defensa del voto popular», adelantó la Plataforma Unitaria ante la activación de una «alerta roja».
La persecución del chavismo contra los dirigentes opositores no ha cesado desde el 28-J, pero además la cercanía del 10 de enero, fecha de la juramentación presidencial, adelanta un nuevo ciclo de maniobras. En la mira chavista se sitúa la gira internacional que prepara el equipo de Edmundo González para las próximas semanas.
Así lo hizo saber el ministro Diosdado Cabello, nuevo hombre fuerte de la revolución, en su último programa de Con el mazo dando, su púlpito televisivo de todas las semanas. Cabello, quien dirige el Ministerio de Interior, Justicia y Paz y que encabeza la represión contra la oposición y la sociedad civil, aseguró que formará parte del «comité de bienvenida» contra Edmundo en EEUU, Costa Rica, Panamá y Colombia.
