septiembre 8, 2024

Cinco activistas de Just Stop Oil han sido condenados a penas de cinco y cuatro años de cárcel por cortar la autopista M25 de Londres, reclamando el fin de las prospecciones de gas y petróleo en el Mar del Norte. «El sistema está haciendo todo por eliminar la resistencia civil contra la falta de acción climática».

Cinco activistas de Just Stop Oil han sido condenados a penas de cinco y cuatro años de cárcel por cortar la autopista M25 de Londres, reclamando el fin de las prospecciones de gas y petróleo en el Mar del Norte.

La sentencia ejemplar ha motivado la intervención de Michel Frost, relator especial de la ONU para los «defensores ambientales», que considera la sentencia como «muy peligrosa» y como «una medida disuasoria contra el derecho a la protesta».

La condena a los así llamados Whote Truth Five (WTF), capitaneados por el cofundador de Just Stop Oil Roger Hallam, ha provocado una gran revuelo político al cabo de poco más de dos semanas de la llegada al poder Keir Starmer.

Destacadas figuras, como el presentador de televisión Chris Packham, la baronesa Jenny Jones, o el fundador de Ecotricity y donante laborista Dale Vince han pedido al «premier» y al nuevo fiscal general, Richard Hermer, que intervengan para atenuar la sentencias.

Un portavoz de Downing Street declaró que el «premier» respeta la independencia judicial y recordó que son los magistrados quienes dictan sentencia a la luz de «los hechos y la evidencia». En el momento de emitir su veredicto, el juez Chistopher Hehir recordó a los acusados que habían «cruzado la línea del activismo para convertirse en fanáticos». «Ustedes se han erigido en los únicos árbitros de lo que debe hacerse ante el cambio climático, sin importarles los principios de la democracia o del estado de derecho», agregó el juez Hehir. «Y su fanatismo les hace despreocuparse de los derechos del resto de los ciudadanos, sin importar la disrupción y el daño que otros deben sufrir simplemente para ustedes expongan sus puntos de vista».

El fiscal aseguró que los cortes de tráfico durante cinco días en noviembre del 2022 y en la M25 (algo así como la M40 de Londres) tuvo un coste de 1,3 millones de euros, según estimaciones de Scotland Yard. Se calcula que las protestas de Just Stop Oil, en las que intervinieron 45.000 activistas, causaron 50.000 horas de retraso a 700.000 vehículos.

La sentencia del juez Hehir se apoyó en la Ley de Orden Público aprobada en el 2022 e impulsada por el Gobierno de Boris Johnson. La legislación, que prevé penas de cárcel contra quienes «interfieran con la infraestructura nacional», se encadenen o se adhieran con pegamento ante objetivos concretos, fue criticada en su día por los grupos ambientales y de derechos civiles -de Greenpeace a Amnistía Internacional- como una represión encubierta del derecho a la protesta.

«Esta sentencia debería golpear las conciencias de los ciudadanos y poner a todos en alerta sobre el estado de los derechos civiles y de las libertades en el Reino Unido», declaró el relator especial para los defensores ambientales de la ONU Michel Frost. «Condenas como ésta crean un precedente muy peligroso, no solo para las protestas ambientales, sino para cualquier tipo de protesta pacífica que no esté alineada con los intereses de los gobiernos».

En un artículo de opinión en The Guardian, el presentador Chris Packham y el emprendedor Dale Vince recuerdan al «premier» Keir Starmer su decisión de reducir al 40% las condenas por delitos menores para evitar el colapso de las prisiones británicas con la capacidad al límite: «Estos activistas pueden resultar molestos, pero en una sociedad democrática no pueden estar en la cárcel. Necesitamos escucharles y no encerrarles«.

Packham y Vince recalcan cómo la ofensiva contra los activistas fue iniciada por los gobiernos conservadores y piden a Keir Starmer que sea fiel a las credenciales verdes del Partido Laborista y aproveche la nueva mayoría para modificar los artículos más conflictivos de la Ley de Orden Público del 2022. De hecho, un centenar de escritores, músicos, actores y artistas firmaron en el 2023 una carta de solidaridad con los «presos ambientales» en el Reino Unido y reclamaron la puesta en libertad de al menos 13 activistas de Just Stop Oil, Extinction Rebellion o Insulate Britain que llevaban meses entre rejas (entre ellos, Morgan Trowland y Marcus Decker, por colgar en un puente la pancarta de «Just Stop Oil»).

El tabloide conservador The Daily Mail, celebró por su parte la reciente sentencia contra «los ecofanáticos» y aseguró que las palabras del juez Hehir reflejan el sentir general de los británicos. «Los activistas de Just Stop Oil son cualquier cosa menos pacíficos», recalcó el diputado conservador Greg Smith. «Son muy disruptivos y dañan nuestra economía, bloquean las ambulancias y constituyen un peligro público».

«Estamos ante una obscena perversión de la justicia«, declaró una portavoz de Just Stop Oil a raíz de la reciente sentencia contra los cinco militantes: Roger Hallam (cinco años de cárcel), Daniel Shaw, Louise Lancaster, Lucía Whittake De Abreu y Cressida Gethin (cuatro años cada uno).

«El sistema está haciendo todo lo posible por eliminar la resistencia civil contra la falta de acción climática», agregó la citada portavoz. «Pero no nos van a disuadir porque la resistencia funciona, y porque todos sabemos lo que está en juego: no se pueden encarcelar las inundaciones y los incendios. Nuestro trabajo es esencial, moralmente correcto y cada vez más urgente».

Fuente: El Mundo