En un caso que ha generado controversia en California, Bryn Spejcher, de 33 años, fue condenada el martes por la muerte de su novio, Chad O’Melia, a quien apuñaló brutalmente 108 veces durante un episodio psicótico inducido, según informó el Ventura County Star.
El juez del Tribunal Superior del condado de Ventura, David Worley, dictaminó que Spejcher «no tenía control sobre sus acciones» cuando ocurrió el fatal incidente en el apartamento de Thousand Oaks el 28 de mayo de 2018. La sentencia sorprendió a muchos al otorgar a Spejcher dos años de libertad condicional y 100 horas de servicio comunitario.
Tanto los peritos de la acusación como los de la defensa coincidieron en que el consumo de marihuana desencadenó el episodio psicótico mortal. El juez Worley señaló que a partir de ese momento, Spejcher perdió el control sobre sus acciones. La relación entre Spejcher y O’Melia, que duró solo unas semanas, terminó de manera trágica con el asesinato del joven contable de 26 años.
Después del ataque, las autoridades encontraron a Spejcher cubierta de sangre y llorando histéricamente junto al cuerpo de O’Melia, aún sosteniendo el cuchillo homicida. La escena se volvió aún más impactante cuando intentó autolesionarse al hundir el cuchillo en su propia garganta.
Incluso el perro de la pareja no escapó de la violencia, siendo apuñalado por Spejcher durante el violento episodio. O’Melia fue declarado muerto en el lugar, marcando el trágico fin de su vida joven.
Los abogados de Spejcher argumentaron que su cliente, siendo una fumadora de marihuana sin experiencia, se intoxicó involuntariamente después de que O’Melia la presionara para consumir más cannabis. Alegaron que tuvo una reacción adversa al segundo golpe, llevándola a un estado de pánico antes de cometer el asesinato.
La ley de California considera responsable a una persona de sus acciones bajo la influencia de drogas o alcohol, a menos que la intoxicación sea involuntaria. Los jurados, tras menos de cuatro horas de deliberación, declararon a Spejcher culpable de homicidio involuntario.
Durante la sentencia, Spejcher, visiblemente afectada, lloró y se disculpó con el padre de la víctima, Sean O’Melia. «Mis acciones han destrozado a su familia», expresó. «Estoy destrozada por dentro. Me duele que nunca vuelvas a ver a Chad».
La representación de Spejcher varió según la perspectiva: mientras la fiscalía la pintó como una joven fiestera motivada por las drogas, su padre la describió como una persona dedicada que había trabajado toda su vida ayudando a los demás como audióloga autorizada.
La reacción de Sean O’Melia, padre de la víctima, fue de indignación hacia el juez Worley, a quien acusó de ser parcial y de sentar un peligroso precedente al considerar la intoxicación involuntaria como justificación para el crimen. «Simplemente le dio a todos los que fuman marihuana en el estado de California una licencia para matar a alguien», declaró.
Brendan O’Melia, tío de la víctima, señaló que, aunque no hay ganadores en esta tragedia, la responsabilidad debe ser asumida. El abogado de Spejcher, Bob Schwartz, calificó el fallo de Worley como «algo correcto y valiente», cerrando así un capítulo oscuro en esta impactante historia.
ESTÉ ES UN ARTÍCULO INFORMATIVO.