julio 8, 2024

Este martes, el Ministerio del Interior de Rusia anunció una orden de búsqueda contra la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, desatando un nuevo capítulo de tensiones en la región báltica desde el inicio del conflicto en Ucrania. La medida se suma a la creciente confrontación entre Moscú y los países bálticos.

Kallas, en su cargo desde 2021, es objeto de una orden de búsqueda por un «caso penal», aunque las autoridades rusas no han especificado los cargos en su contra. A sus 46 años, Kallas es una figura destacada dentro de la Unión Europea (UE) y la OTAN, abogando por el suministro de armamento a Ucrania y por sanciones más severas contra Rusia. En enero de 2021, se convirtió en la primera mujer en liderar el gobierno estonio, tras la victoria de su partido en las elecciones legislativas de marzo del año anterior.

Además de Kallas, el secretario de Estado estonio, Taimar Peterkop, y el ministro de Cultura de Lituania, Simonas Kairys, también están siendo buscados por las autoridades rusas. Según una fuente de seguridad citada por la agencia de noticias estatal TASS, se les acusa de «destrucción y degradación de monumentos [en memoria] a los soldados soviéticos» de la Segunda Guerra Mundial. Esta acusación surge en un contexto en el que varios monumentos soviéticos han sido desmantelados en los países bálticos en años recientes, como una manifestación de rechazo al legado de la era soviética.

La población rusa en Estonia, Letonia y Lituania, tres antiguas repúblicas soviéticas ahora miembros de la UE y la OTAN, constituye una minoría significativa. Estas naciones mantienen relaciones tensas con Moscú, exacerbadas por su adhesión a instituciones occidentales y su respaldo a Ucrania frente a la agresión rusa.

El anuncio de la orden de búsqueda contra líderes políticos y funcionarios de los países bálticos marca un nuevo episodio en las tensiones entre Rusia y sus vecinos europeos, reflejando la compleja dinámica geopolítica en la región.