En un escalofriante testimonio obtenido durante un interrogatorio por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), un terrorista de Hamás capturado reveló detalles espantosos sobre su misión del pasado 7 de octubre. Según el detenido, él y otro hombre entraron a una casa por la ventana y comenzaron a disparar a niños que lloraban hasta que los silenciaron para siempre.
En un video publicado por las FDI, el terrorista admitió haber disparado junto a su compañero Ahmad Abu Kamil, describiendo cómo entraron a la casa y atacaron a los indefensos niños que se encontraban en una habitación. «Hasta que ya no oímos ruido», dijo el terrorista, justificando el horrendo acto.
«Al principio no disparamos. Pasamos y no escuchamos nada», dijo, añadiendo que él y otros combatientes de Hamás tomaron un refrigerio rápido al entrar a la casa.
«Yo disparé y Ahmad Abu Kamil disparó, nosotros disparamos a la puerta», dijo. «Hasta que ya no oímos ruido», agregó.
«Quiero hacerle una pregunta. ¿Es lógico matar niños en la religión musulmana?», le preguntó un funcionario de la Autoridad de Seguridad de Israel (ISA) al terrorista. «No», respondió el detenido.
Durante el interrogatorio, un funcionario de la Autoridad de Seguridad de Israel (ISA) cuestionó al detenido sobre la lógica de matar niños en la religión musulmana, a lo que el terrorista respondió negativamente. Además, se reveló que el hombre había actuado siguiendo una orden de Hamás para llevar a cabo estos crímenes atroces.
En un giro impactante, el terrorista confesó que sus propios padres desconocían su participación en Hamás y que temía la reacción de su padre al enterarse de sus acciones. Esta revelación arroja luz sobre la complejidad de la situación y el impacto devastador que tiene el conflicto en las vidas de las personas involucradas.
Estos terribles eventos ocurrieron durante la violenta invasión del 7 de octubre, cuando combatientes de Hamás cruzaron la frontera entre Israel y Gaza mientras los civiles dormían. La guerra entre Israel y el grupo terrorista palestino Hamás ha dejado un saldo trágico, con más de un millar de civiles y soldados israelíes y 36 ciudadanos estadounidenses perdiendo la vida en las últimas cuatro semanas.
La confesión del terrorista pone de manifiesto la brutalidad de los ataques y la necesidad urgente de encontrar una solución pacífica para el conflicto en la región.