Un hombre asesinó a puñaladas a su hijo con discapacidad motriz, grabó un video pidiendo disculpas y luego se suicidó de un escopetazo. Murió en el hospital, tras varias horas de agonía.
El crimen ocurrió este miércoles por la madrugada en una vivienda ubicada en el barrio San Roque, en la ciudad de Ibarreta, donde Zamir (8 años) fue hallado con heridas de arma blanca.
“Las primeras pericias suponen que falleció desangrado, tenía cortes profundos en el brazo y el cuerpo”.
Luego del ataque feroz, el padre se disparó con una escopeta.
En la investigación se corroboró que, previo al asesinato, el hombre le mandó un video a su exmujer y mamá del menor donde le “pedía perdón” por lo que iba a hacer.
“Voy a hacer un video despidiéndome. Yo creo que esta es la mejor alternativa, porque sino mucho sufrimiento, tantos años… Zamir nunca va a lograr ser alguien normal”, dice dentro de un auto, rodeado por la oscuridad de la noche.
Y siguió: “Esto ya lo verán cuando nosotros no estemos más. Pido un millón de disculpas a todos los que les hice daño. No fue mi intención, pero bueno. Era joven. Soy joven todavía, pero ya no voy a existir más. Yo no quiero que nadie me llore, ni que nadie me lamente, ni nada. Solamente que se me entierre y nada más. Bajo tierra, si es posible. Quiero que se olviden de mí”.
Después, Lovey intentó quitarse la vida disparándose en la cara con una escopeta, pero no lo logró de inmediato. La policía lo encontró en la calle en el interior de un Fiat Punto, gravemente herido pero con signos vitales y lo trasladó de urgencia al Hospital Central de la ciudad, donde murió horas más tarde.
En el caso intervino personal de Criminalística e Informaciones de la Policía y quedó a cargo del juez de turno, Guillermo Caballero.
Todos con Zamir
La víctima del bestial ataque ocurrido en la madrugada de ayer en una casa ubicada en el barrio San Roque, a unos 200 kilómetros de la capital provincial, se llamaba Zamir y tenía ocho años.
Según publicaron los medios locales, había nacido prematuro y tenía dificultades motoras en las extremidades inferiores. Su familia había creado una página de Facebook donde iban mostrando su tratamiento y la ayuda que recibían para poder llevarlo adelante.
“Nuestro más sentido pésame y condolencias a la madre de Zamir y a sus familiares. Tuvimos la suerte de conocerlo y tenerlo como paciente en la fundación. Siempre lo recordaremos con una sonrisa y con la bondad que él mismo irradiaba. Que en paz descanses”, fue el posteo con el que la Fundacion Uniendo Huellas se despidió de su paciente.
Para con Lovey, los usuarios de internet no mostraron piedad. “Buen viaje al infierno eterno”, comentó una usuaria debajo de una de sus fotos en Facebook.