En un movimiento que ha generado controversia en la ciudad, Chicago ha lanzado un programa para proporcionar asistencia financiera a inmigrantes ilegales, permitiéndoles recibir hasta USD 9000 para el pago de alquileres y amueblar sus nuevas viviendas. El programa, administrado por el estado, tiene como objetivo ayudar a la creciente población de inmigrantes ilegales en la ciudad, que ha visto un aumento significativo en los últimos meses.
La subdirectora de Gabinete, Cristina Pacione-Zayas, explicó que el monto entregado varía según las circunstancias individuales y que el alquiler cubierto por el programa dura seis meses. Sin embargo, esto ha llevado a un debate acalorado, ya que algunos residentes consideran que estos fondos deberían ser utilizados para ayudar a los ciudadanos estadounidenses sin hogar, cuya cifra ha seguido aumentando en los últimos años.
Según datos de 2021, se estima que 68,440 estadounidenses sin hogar viven en las calles de Chicago, y este número ha experimentado un aumento alarmante en los últimos dos años, según la Coalición de Personas sin Hogar de Chicago. Los críticos del programa argumentan que priorizar a los inmigrantes ilegales sobre los ciudadanos sin hogar es una malversación «criminal» de fondos.
Mientras tanto, el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, ha expresado su preocupación por la situación, señalando que la ciudad está llegando a un punto de quiebre y necesita ayuda federal para abordar tanto la crisis de las personas sin hogar como la afluencia masiva de inmigrantes ilegales.
La controversia continúa creciendo en Chicago, ya que la ciudad se enfrenta a difíciles decisiones sobre cómo manejar las necesidades de sus diversos residentes en medio de desafíos económicos y sociales cada vez mayores.