Estados Unidos ha renovado su advertencia de “no viajar” a Venezuela, instando a los viajeros estadounidenses a comprender que su gobierno “no tiene capacidad para brindar servicios de emergencia a los ciudadanos estadounidenses” que tienen problemas.
Los funcionarios culparon del aviso (el más severo que puede emitir el Departamento de Estado) a los disturbios civiles, un “deslizamiento hacia la dictadura”, las continuas amenazas de terrorismo y el prejuicio antiestadounidense.
“Los delitos violentos, como el homicidio, el robo a mano armada, el secuestro y el robo de vehículos, son comunes en Venezuela”, añadió la agencia.
La amenaza es tan grave que el gobierno estadounidense aconseja a los viajeros que insistan en ir a “establecer primero un protocolo de ‘prueba de vida’ con sus seres queridos.
“Si te toman como rehén, tus seres queridos saben preguntas (y respuestas) específicas que deben formular a los secuestradores para asegurarse de que estás vivo (y descartar un engaño)”, explicaron los funcionarios.
“El Departamento ha determinado que existe un alto riesgo de detención injusta de ciudadanos estadounidenses en Venezuela. Las fuerzas de seguridad han detenido a ciudadanos estadounidenses durante hasta cinco años”, añadió la agencia, advirtiendo que el gobierno estadounidense apenas es notificado ni se le permite el acceso a los nacionales encarcelados.
Cientos de miles de estadounidenses normalmente viajaban a Venezuela anualmente . El país es conocido por sus kilómetros de costa caribeña en gran parte subdesarrollada y sus prístinas islas adyacentes.
Esas cifras comenzaron a disminuir, y finalmente entraron en una fuerte caída, cuando Nicolás Maduro llegó al poder tras la muerte del férreo Hugo Chávez en 2013.
Sobre las elecciones más recientes, el Departamento de Estado dijo que Maduro “reclamó ilegalmente la presidencia de Venezuela, a pesar de la condena global de una elección amañada” y está llevando al país hacia una dictadura.
Con reminiscencias de Chávez, Maduro está fortaleciendo “alianzas con naciones externas, incluidas Cuba, Rusia, Irán y China, que reprimen aún más al pueblo venezolano”.
La nueva advertencia, que se emitió originalmente en 2019 cuando Estados Unidos comenzó a retirar personal de Venezuela, se volvió a emitir el 13 de mayo.
Se produce antes de las elecciones de julio de las que depende el destino de la nación sudamericana.
“Se producen mítines y manifestaciones políticas, a menudo sin previo aviso. Las manifestaciones contra Maduro han provocado una fuerte respuesta policial y de las fuerzas de seguridad”, añadió el departamento, “incluido el uso de gases lacrimógenos, gas pimienta y balas de goma contra los participantes.
Estos eventos “ocasionalmente desembocan en saqueos y vandalismo”, dijeron.
Además, Venezuela está soportando una crisis de escasez que incluye agua, gasolina, electricidad y medicamentos.
Peor aún, los grupos terroristas de la vecina Colombia son muy activos en las zonas fronterizas.
Fuente: The NY Post