septiembre 19, 2024

Los atacantes de la sala del Crocus Music Hall burlaron el sistema de vigilancia que cubre toda la red de autopistas rusas antes de refugiarse en un bosque. Los detalles de la fuga alimentaron los cuestionamientos a la actuación de las autoridades.

Los presuntos autores de la masacre en la sala del Crocus Music Hall lograron viajar cientos de kilómetros a bordo de un auto destartalado antes de ser capturados, en una increíble y audaz fuga que alimenta los interrogantes sobre la respuesta de las fuerzas de seguridad rusas al ataque ocurrido el pasado viernes en las afueras de Moscú.

Según detalles revelados este miércoles por el diario italiano Corriere della Sera, los terroristas consiguieron durante horas dejar atrás a policías, tropas especiales, cámaras y satélites a bordo de su destartalado Renault.

Todo el ataque, calificado como terrorista por las autoridades rusas y reivindicado por el grupo yihadista ISIS-K, duró apenas 13 minutos, según el relato del jefe del Comité de Investigación ruso Alexander Bastrykin.

De acuerdo a los registros oficiales, los atacantes llegaron a Krasnogorsk, el lugar del ataque, a bordo de un Renault Symbol blanco. Entraron a la sala de conciertos a las 19:58 locales, disparando y degollando. Luego prendieron fuego al recinto y a las 20:11 salieron. El ataque dejó 140 muertos y 80 heridos, según el último balance.

Finalizada la masacre, los atacantes huyeron a bordo del mismo vehículo con el que habían llegado. En medio del caótico tráfico del viernes a la tarde, tomaron la circunvalación de Moscú (la Mkad, habitualmente semiparalizada a esa hora) y luego la autopista M3 que lleva a las fronteras con Bielorrusia y Ucrania.

El recorrido de los atacantes

Condujeron casi 400 kilómetros sin ser detenidos, burlando la llamada Pautina (tela de araña), el sistema de vigilancia que cubre toda la red de autopistas rusas y —según las autoridades— permite analizar las imágenes al instante.

Todo ello pese a que el Renault ya había sido filmado por las cámaras de seguridad del Crocus Music Hall y en la autopista había poco tráfico a la noche.

Aún así, según dijo el presidente bielorruso Alexander Lukashenko, tras el ataque las fronteras entre Rusia y Bielorrusia se pusieron en alerta máxima y los controles se reforzaron inmediatamente. Según el dictador bielorruso, los fugitivos se habrían percatado de ello y decidieron desviarse hacia Ucrania.

El Renault fue finalmente interceptado en el pueblo de Khatsun, en la región de Briansk. Los terroristas ya estaban a 378 km de la capital.

En Briansk, fronteriza con Ucrania, habían sido alertados el Grupo de Cobertura de Fronteras, formado por hombres de la Guardia Nacional de Rusia, el FSB, la policía y la milicia chechena.

Los agentes dispararon contra el coche, que no se detuvo, y pincharon al menos una rueda. Pero los terroristas continuaron su fuga: regresaron a la autopista y volvieron a salir al cabo de unos quince kilómetros, hacia el pueblo de Teploe.

Persecución en el bosque

Los agentes dispararon contra el coche, que no se detuvo, y pincharon al menos una rueda.

Los sospechosos abandonaron el vehículo y se refugiaron en el bosque.

Un teniente del “Sobr”, la unidad de reacción rápida de la Guardia Nacional, dijo que comenzó con sus colegas y un perro a buscar entre los árboles, incluso con la ayuda de un dron. El perro, sin embargo, perdió el rastro, por lo que los soldados continuaron “intuitivamente”. Hasta que un francotirador “vio la imagen de una persona en un árbol con un telescopio térmico”.

Hubo gritos y amenazas, pero el hombre se negaba a bajar. “Entonces cortamos la planta y lo capturamos”, dijo el teniente.

Otro atacante fue perseguido capturado por un capitán de la policía llamado Pushkarev en otra parte del bosque.

Los otros dos fueron localizados en un barranco donde estaban acurrucados uno junto a otro a causa del frío.

Con información de Infobae.