La noticia de que nieve cae en el continente africano ha sorprendido a muchas personas en todo el mundo. Aunque África es a menudo asociada con climas cálidos y paisajes desérticos, la realidad es que este vasto continente cuenta con una increíble diversidad geográfica y climática.
Los paisajes africanos varían enormemente de una región a otra, ofreciendo una gama de entornos naturales que pueden parecer contradictorios a primera vista.
África alberga algunas de las montañas más altas del mundo, como el Kilimanjaro en Tanzania y el Monte Kenia en Kenia, donde las temperaturas pueden bajar hasta los -20 grados °C y la nieve es un fenómeno común en las altitudes más elevadas. Además de sus imponentes cumbres nevadas, el continente también es hogar de grandes lagos como el Lago Victoria y el Lago Tanganica, que son cruciales para la biodiversidad y el sustento de millones de personas.
Las costas africanas ofrecen playas de ensueño que atraen a turistas de todo el mundo. Desde las playas del océano Índico en Zanzíbar hasta las costas del Atlántico en Namibia, estas áreas destacan por su belleza natural y clima templado. Sin embargo, la diversidad climática de África también incluye vastos desiertos como el Sahara y el Kalahari, donde las temperaturas pueden alcanzar los 51 grados °C, creando paisajes áridos e inhóspitos que contrastan fuertemente con las zonas nevadas de las montañas.
El africano, el Atlas Medio de Marruecos y la región del Alto Atlas son conocidas por sus nevadas.
Durante los meses de invierno, de noviembre a marzo, estas montañas pueden experimentar temperaturas bajo cero, especialmente en altitudes superiores a los 2 mil metros. En algunas zonas, las temperaturas pueden descender hasta -15°.
En el sur de África, las montañas Drakensberg en Sudáfrica y Lesoto también reciben nieve durante el invierno austral, de junio a agosto. Lesoto, conocido como el «Reino de los Cielos» por su elevada altitud, es particularmente propenso a las nevadas.
Las temperaturas en estas montañas pueden bajar hasta -20°C en las noches más frías.
En África Oriental, el Monte Kilimanjaro en Tanzania, la montaña más alta del continente, tiene glaciares en su cumbre que están presentes durante todo el año.
Sin embargo, la nieve fresca es más común entre junio y octubre, y de diciembre a febrero. Las temperaturas en la cima pueden caer hasta -7°.
Finalmente, el Monte Kenia en Kenia también cuenta con glaciares en su cumbre. Aquí, la nieve es más frecuente durante las mismas estaciones que en el Kilimanjaro, con temperaturas en las partes más altas que pueden descender a -10°.
Estas áreas, aunque raras en comparación con las extensas zonas cálidas de África, ofrecen una visión fascinante de la diversidad climática del continente.
Este contraste en los climas africanos refleja la complejidad y riqueza del continente. Las variaciones extremas de temperatura y las diferentes condiciones meteorológicas subrayan cómo África puede experimentar tanto el calor abrasador del desierto como el frío intenso de las alturas montañosas. Esta diversidad climática es una de las características que hacen de África un lugar tan fascinante y lleno de sorpresas.
Aunque la nieve en África puede parecer sorprendente para muchos, pero es un recordatorio de la increíble variedad de paisajes y climas que existen en el continente. Desde montañas nevadas hasta desiertos ardientes, África ofrece una gama de entornos naturales que desafían las expectativas y subrayan la diversidad geográfica que hace de este continente un lugar único en el mundo.
Estación de esquí en Sudáfrica:
Aunque Sudáfrica se relaciona con el calor, la sabana y los safaris también existe una estación de esquí, Tiffindell en las Stormberg Mountains, en el sur de la gran cordillera de las Drackensberg situado en la ladera sur de la montaña más alta del Cabo, el Ben Mc Dhui, también conocida como la zona de Ben Mac esquí.