El Zoológico Nacional del Smithsonian ha anunciado que sus tres últimos pandas gigantes serán devueltos a China en diciembre, poniendo fin a una tradición que ha perdurado por cinco décadas.
La historia de la «diplomacia del panda» comenzó en 1972, cuando el expresidente Richard Nixon visitó China, allanando el camino para la apertura del régimen comunista chino al mundo. En un gesto simbólico de amistad, China regaló dos pandas gigantes, Lingling y Xingxing, a Estados Unidos, los cuales encontraron su hogar en el Zoológico Nacional del Smithsonian. Desde entonces, estos adorables animales han sido embajadores de las relaciones entre ambas naciones.
La «diplomacia del panda» se convirtió rápidamente en una herramienta emblemática del Partido Comunista Chino para mejorar su imagen internacional. Durante una década, China regaló pandas gigantes a varios países occidentales, incluyendo Japón, Francia, Reino Unido, México, España y Alemania, consolidando su posición como una táctica diplomática única.
Sin embargo, la naturaleza de esta tradición ha cambiado con el tiempo. En 1984, China dejó de regalar pandas gigantes y comenzó a alquilarlos a zoológicos extranjeros por precios elevados. Este modelo evolucionó aún más después de 2000, convirtiéndose en proyectos de investigación en colaboración a largo plazo. Actualmente, el costo anual del alquiler asciende a un millón de dólares, con un aumento adicional si el panda tiene crías.
Con la devolución de los últimos pandas gigantes del Zoológico Nacional del Smithsonian, se marca el fin de una era. Los observadores creen que este cambio refleja una transformación en las dinámicas globales, donde las antiguas prácticas de diplomacia están siendo reevaluadas y rediseñadas.
Aunque los lazos entre Estados Unidos y China seguirán existiendo en diversas formas, el adiós a los pandas gigantes marca el final de una era de relaciones internacionales simbolizada por estos adorables embajadores de la paz y la amistad.