noviembre 22, 2024

Dos maestras de una guardería en Carolina del Sur están en el centro de un escándalo después de enfrentar múltiples cargos por presuntamente dirigir a niños de 3 y 4 años en su cuidado para que peleen entre ellos.

Ericka Jones, de 27 años, y Serena Caldwell, de 56 años, empleadas de la guardería Kids Unlimited of Prosperity, se entregaron a las autoridades el jueves después de que se emitieran órdenes de arresto en su contra, según la Oficina del Sheriff del Condado de Newberry.

Ambas enfrentan cargos de contribuir a la delincuencia de un menor y conducta ilícita hacia un niño, según el comunicado de prensa del departamento. Jones enfrenta 14 cargos de cada acusación, mientras que Caldwell enfrenta 15, lo que resalta la gravedad de las acusaciones en su contra.

Ericka Jones, de 27 años, y Serena Caldwell, de 56 años.



El dueño de la guardería, John David Dawkins, emitió un comunicado en el que informó que Jones y Caldwell fueron «inmediatamente despedidas» después de que el personal informara su comportamiento y se revisaran las imágenes de seguridad. Dawkins expresó su consternación por lo sucedido y afirmó que la seguridad y el bienestar de los niños son de suma importancia para la guardería.

La situación salió a la luz cuando las autoridades recibieron informes sobre la conducta inapropiada de las maestras y se tomaron medidas rápidas para investigar. La guardería notificó de inmediato al Departamento de Servicios Sociales de Carolina del Sur y al Departamento del Sheriff del Condado de Newberry. El sheriff Lee Foster elogió la plena cooperación de la guardería durante la investigación.

Los detalles revelados durante la investigación son impactantes. Se descubrió que las maestras instruyeron a los niños a empujarse, jalarme y golpearse entre ellos. Foster describió que el comportamiento comenzó con las maestras instigando a otros niños a usar la violencia como forma de castigo o para lograr la obediencia de otros.

«Aunque ninguno de los niños sufrió lesiones físicas graves, aún no sabemos cuánto daño emocional o psicológico podría haber sido causado por esto», expresó Foster, subrayando la importancia de evaluar el impacto más allá de las lesiones físicas.

Un padre de una de las víctimas, cuya identidad se mantiene anónima, testificó que su hijo fue instruido a golpear a otro niño y luego se le dijo que lo hiciera nuevamente. Estos testimonios pintan un cuadro perturbador de la manipulación y abuso de poder por parte de las maestras.

El sheriff Foster destacó que consideran a las maestras como «empleadas rebeldes» y que no creen que la guardería estuviera involucrada o sea cómplice de su comportamiento.

A pesar de la indignación y la tristeza provocadas por este incidente, algunos padres expresaron su confianza en que este problema no es sistémico. No obstante, una madre afectada señaló la dificultad de brindar una verdadera justicia cuando se trata de eliminar las secuelas emocionales de los niños afectados.

Este escandaloso incidente ha dejado a la comunidad consternada, cuestionando cómo pudo suceder algo así en un entorno que se supone que debería ser seguro y protector para los niños más pequeños. La investigación y el proceso legal en curso buscarán arrojar luz sobre los detalles adicionales y determinar las consecuencias adecuadas para las maestras involucradas.