La Real Academia Española (RAE) ha dado a conocer la versión electrónica 23.7 de su Diccionario de la Lengua Española (DLE), anunciando la incorporación de 4,381 innovaciones, que van desde palabras inéditas hasta la inclusión por primera vez en la historia de los sinónimos y antónimos de cada término.
La edición de este año refleja la evolución del español, abarcando desde expresiones tradicionales hasta neologismos acordes con las nuevas tendencias. Desde «machirulo», que define a una persona, especialmente un hombre, que exhibe actitudes machistas, hasta «videoarbitraje», un sistema de video utilizado como ayuda al árbitro en eventos deportivos.
En el ámbito de la salud, la RAE ha incorporado términos como «hormonación», «implantología», «cardiocirculatorio» y «presoterapia», reflejando avances y conceptos emergentes en la esfera médica.
La sexualidad también ha dejado su marca en la actualización, con la inclusión de términos como «no binario», que describe a aquellos que no perciben su identidad de género en términos binarios de hombre o mujer, así como «disforia de género» y «sexting», este último referido al envío o intercambio de imágenes con contenido sexual explícito.
El ámbito musical se enriquece con la inclusión de «chundachunda», música fuerte y machacona, y el más contemporáneo «perreo», que describe el baile sensual al ritmo de reguetón, con eróticos movimientos de caderas.
El medio ambiente también tiene su espacio en el diccionario con palabras como «biocapacidad» y «descarbonizar», junto con expresiones como «corredor ecológico» y «huella hídrica». En gastronomía, se incorpora la receta española del «cochifrito», definido como el cabrito, cordero o cochinillo cortado en tajadas que se cuecen y después se fríen, además de la clásica barra francesa «baguette» y el siempre crujiente «colín» de pan.
La actualización incluye términos informales y humorísticos, como «balconing», la práctica de saltar a la piscina desde el balcón o terraza de un hotel por diversión. Asimismo, se oficializan verbos de uso frecuente como «pixelar» y «posturear», y al ya existente «superhéroe» se le agrega el antónimo «supervillano».
Santiago Muñoz Machado, director de la RAE, destaca que estas modificaciones responden a la realidad del uso del español por los hispanohablantes y no a campañas. Todo término propuesto pasa por un proceso de hasta dos años antes de integrarse oficialmente al diccionario, asegurando su adecuación y relevancia.